Cada cierto tiempo y luego de un largo letargo, ocurren precipitaciones en el Desierto de Atacama, transformando el paisaje árido en un tapiz multicolor. Brotan semillas, bulbos y rizones por años guardados bajo tierra. La floración puede comenzar a mediados de agosto y puede extenderse hasta octubre, según el área geográfica que esto ocurra. Las especies no florecen simultáneamente y las que marcan el inicio son las especies de bulbos como Añañucas (amarillas y rojas) en áreas desérticas de Vallenar, Copiapó y costa también. Sorprenden por su singularidad algunas especies endémicas, es decir, cuyo hábitat es solamente en esta región, y que no crecen en otro lugar del mundo.